Se rieron, me dijeron mil y una veces que yo nunca lo conseguiría,
me humillaron en público con sus insultos y burlas tomando por sentado que yo
en la vida podría hacerlo. Al ver que nadie podría hacerme cambiar de opinión
empezaron a instruirme y a ayudarme en lo que se podía. Yo era un pájaro muy
pequeño que soñaba volar por encima de las nubes. Luché, me esforcé muchísimo todos
los días por ello y, un día, me decidí, desplegué mis alas y con la mayor de
mis corazonadas las agité con fuerza tirándome al vacio. Podía haber muerto…pero
aquel día yo volé alto, fue muy duro y me requirió un gran esfuerzo desde el
principio, pero lo logré, ese día yo volé por encima de las nubes, y los
siguientes también, no podría haber mayor recompensa que sentir las nubes, el
viento frío y cálido deslizándose en mi cara, colocando mis plumas a la
perfección, viendo la ciudad como un jugo de lego y a las personas como
hormiguitas. Era tan feliz, lo había logrado, tanto esfuerzo, tanto tiempo
dedicado…valió la pena y nadie podría quitarme lo ya vivido. Cuando aterricé, todos
me aplaudieron y felicitaron, diciéndome que habían confiado en mí en todo
momento.
Aquel día, me di cuenta que la gente siempre hará lo
mismo, como si se tratase de un ciclo. Cuando te propongas hacer algo realmente
difícil que para sus ojos es imposible te dirán que nunca lo conseguirás, que
no podrás…, al ver que no pueden pararte, te ayudarán y apoyarán, y cuando lo
consigas te felicitaran y te dirán que siempre confiaron en ti. Nunca tires la
toalla por nada y aún menos porque un grupo de personas te diga que no puedes.
Tú eres fuerte, capaz de hacer todo lo que te propongas en la vida. No te
rindas.