domingo, 30 de marzo de 2014

"Pensamientos"

Mi alma, retumba
en un silencio aterrador
con lo ojos rotos
de tanto dolor.

Mi vida, desvanece
en un mar de lágrimas
sólo yo soy culpable
de este dolor abominable.

Mi espíritu, salta
de mi cuerpo muerto
por fín soy libre
de aquel sufrimiento.

Mi ser, perdido
en aquel lugar de almas
tristes y asustadas,
como la agonía de un condenado.



                                                                              

domingo, 23 de marzo de 2014

Una carta para una amiga

Pasa de la gente que te moleste, insulte, se ría de ti o te haga daño. Y si, sé esa sensación de tristeza, de inseguridad, de culpabilidad, de vergüenza y demás. Sé que te preguntas constantemente ¿por qué a mí? ¿qué les habré hecho yo? Pues la respuesta a ésto es muy simple, nada, no les has hecho nada. Simplemente por cualquier tontería infantil te eligieron para arruinarte la infancia y/o adolescencia. No se lo pensaron dos veces, simplemente buscaban diversión a través del sufrimiento de los demás y les da igual lo que eso conlleve. Pues no recuerdo ni un solo año de mi infancia en el que no me hayan insultado, reído de mí, y en el instituto igual. Uno con el tiempo aprende a pasar de toda esa chusma que por un motivo u otro nos acaba rodeando. Sé que es difícil y duro, sé que llega a un punto en el que no sabes si llorar, gritar o directamente coger al que no se para de reír de ti y partirlo en dos; pero no, hay que respirar y sonreír, eso les jode muchas más, ellos se creen que somos como juguetes para divertirse, pero ni tú, ni yo, ni nadie lo somos y con no seguirles su jueguito infantil basta para que dejemos de ser sus juguetes. A mí me consta que me odian, que me critican a mis espaldas, que se ríen de mi tanto por detrás como en mis narices, que para muchos debo ser algo mucho peor que la peste y la escoria; pero  para esto sólo me queda pasar al igual que a ti y al resto, así que se fuerte, sonríe y no pierdas los ánimos, porque no puedes dejarte vencer por unas personas que para ti no son nada más que unos niñatos insensibles y egoístas.

Adriana, quiero verte siempre con esa sonrisa tan alegre y divertida que tienes, con esa misma con la cual te conocí en primero de la ESO, se fuerte y ve siempre hacia delante.

domingo, 16 de marzo de 2014

¿Por qué Sakura?

Oí este nombre hace unos años y admito que me gustó bastante. Pero hace poco leí que tenía una leyenda, la cual es un poco parecida a la de Píramo y Tisbe (mito griego). 
Cuenta que hace muchos años, décadas o siglos incluso, una joven japonesa de mirada inquieta llamada Sakura, fue casada con un muchacho, Makoto, que sólo conocía de un par de semanas, a los veinte años para la unión de ambas familias. Ésta nunca le amó, pero cuando le llegó la hora de partir a la guerra ella entristeció porque no quería estar sola. Su marido le regaló un pequeño cerezo diciéndole que cuando floreciese él ya estaría devuelta. Pero pasaron semanas, meses, años y él no volvió.
Un día, un joven llegó al pueblo y al ver el cerezo le pidió a Sakura si podía ser su jardinero. Ésta desde el primer instante en el que lo vio se quedó cautivada en su mirada, sin poder gesticular  más palabras que "no tengo mucho con lo que pagarte, pero puedo ofrecerte comida, aparte de un pequeño sueldo, si es que precisas mucho del trabajo”. Setsu, el muchacho, aceptó, y a la mañana siguiente se puso a trabajar duramente en el jardín.
Pasaron mucho tiempo juntos y finamente se enamoraron, pasando así la mejor primavera de sus vidas. Se complementaban muchísimo y Sakura amaba a Setsu como nunca antes había amado a alguien. Pero una tarde, vieron como un caballo paraba en el patio de su casa, y como un hombre alto y robusto se acercaba a ellos, Makoto había regresado de la guerra. Al descubrir el engaño de su mujer sacó su espada e hizo un río de sangre que tardó horas en desaparecer bajo la tierra. 
Pasó el otoño y las flores blancas del cerezo cayeron, y a continuación el invierno congeló las ramas, pero al llegar la primavera las flores volvieron a renacer, pero no eran blancas como en primaveras anteriores, sino rosas. Makoto quedó prendado del color de éstas, de tal modo que decidió no talar el árbol y mantenerlo en su jardín.
Cuenta la leyenda, que a partir de que el amor de Sakura y Setsu fuera culminado frente al majestuoso cerezo, éste que había vivido el romane a sus pies, absorbió tristemente el amor de éstos mediante sus raíces, y comenzó a tornar sus flores rosas para mantener vivo su espíritu, y que Sakura y Setsu vivieran eternamente su amor.
“Dado que las flores del cerezo caen tras una breve floración, se han convertido sin duda en el icono de la belleza efímera de la vida"